Cattus 2013. Un gran vino de Rioja, fruto del buen hacer del enólogo Álvaro Martínez, que desde hace algún tiempo cambió de proyecto, y ahora desde Cigales nos ofrece Brisomontiano, uno de los mejores rosados de este país y del que por cierto ya publiqué una entrada la temporada pasada. Estamos, pues, ante un vino interesante, singular e irrepetible.
Hay veces que para una barbacoa podemos elegir vinos ligeros y sin crianza, ya que las notas tostadas y ahumadas de la madera nos las va a aportar la propia carne a la brasa. Pero en este caso hago una excepción, ya que aunque estamos ante un vino maduro y con carácter, la combinación del cerdo ibérico, su grasa y sobre todo la mezcla de texturas de la carne y el vino dan un resultado sorprendente. Los dos productos se potencian mutuamente en cantidad de matices, sobre todo en las notas ahumadas.
CATA
Cattus 2013
Oyón, España.
D.O. Rioja
Grado: 13,5%
Temperatura de consumo: 16ºC
Cubierto de capa. Brillante, con una ligera turbidez síntoma de calidad en su elaboración. Color que denota madurez, granate con ribete violáceo con cierta tendencia a teja. Al final de la botella se observan leves precipitados, una vez más debido a su cuidada elaboración.
Intensidad media. Frutos rojos, negros y bayas. Complejo. Fondo especiado del paso por madera. Vainilla, clavo, pimienta, canela. Monte bajo. Vino de terruño con notas minerales, maduro y ligeramente licoroso.
Encuentro seco. En el paso por boca tiene carácter. Amplio. Llena la boca. De buen tanino. Complejo. Aparecen matices que recuerdan a la nariz. Algo mineral y ferroso. Concentrado. Excelente equilibrio, buena acidez y amargor sutil y noble. Tiene buena persistencia que deja buenas sensaciones y agradables recuerdos complejos, especiados y de fruta madura y compotada. Vino interesante y diferente, de gran calidad y buena elaboración.
A destacar que el vino va cambiando y evolucionando según lo vamos degustando y la última copa es espectacular.
Este es un vino que podríamos tener guardado en bodega al menos 5 años más y seguro que su evolución será muy favorable.
Conviene cuidar la temperatura de consumo y abrir una media hora antes de su degustación.
No soy muy amigo de decantar vinos y menos de jarrearlos o airearlos, a no ser que sea imprescindible, sobre todo en vinos viejos o de guarda. Pero en este caso para los que no quieran tener precipitados en la última copa (a mí eso me da igual) se puede hacer un lento decantado y no habría problema.
Cata: Jesús Villa
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